Ha pasado ya mucho tiempo desde el 15 de mayo del 2011, una primavera en la que floreció la esperanza de un movimiento ciudadano plural y pacífico pero indignado ante una realidad política de corrupción e injusticia social.
Creo que es importante compartir este reportaje de aquel momento en Asturias porque uno de los objetivos del fotoperiodismo es el de recordar. La capacidad de capturar el pasado que tiene la fotografía nos trae al presente las cosas que nunca deberíamos olvidar.