Doy los primeros pasos de mi nuevo proyecto fotográfico BIENMIRAO, una mirada personal y cercana con la que reivindicar el viejo oficio de fotógrafo, tan difuminado en la nueva era digital.  Retomar ese trabajo personalizado y de cercanía que pienso no debería perderse.  Suelo situarme detrás de la cámara… me gusta la discreción que da el anonimato. Pero ahora me toca darme a conocer, mostrar mi rostro y como buen fotógrafo, hacerme un autorretrato.

Lo que dejamos ver al exterior es un reflejo, esa imagen que proyectamos de nosotros mismos hacia los demás. Pero fijándonos en los pequeños detalles podemos ver que también proyectamos sombras. Y en ellas adivinamos esas formas ocultas a simple vista, que nos desvelan lo necesario que es mirar con muchas más perspectivas. No es posible retratarse a uno mismo sin retratar el entorno cotidiano que nos complementa, porque no somos seres simples sino complejos y detrás de cada rostro, de cada persona, está la historia de toda su experiencia vital.